El guerrero de la Luz (I PARTE)
En el intervalo del combate, el guerrero descansa. Muchas veces pasa días sin hacer nada, porque su corazón se lo exige; pero su intuición permanece alerta. Él no comete el pecado capital de la Pereza, porque sabe adónde puede conducir ésta: a la sensación tibia de las tardes de domingo, cuando el tiempo pasa... y nada más. El guerrero llama a esto "paz de cementerio". Se acuerda de un fragmento del Apocalipsis: "Te maldigo porque no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero como eres tibio, yo te vomitaré de mi boca". Un guerrero descansa y ríe. Pero está siempre atento. El guerrero de la luz lo sabe: todo el mundo tiene miedo de todo el mundo. Este miedo generalmente se manifiesta de dos maneras: a través de la agresividad o a través de la sumisión. Son aspectos del mismo problema.Por eso, cuando está delante de alguien que le inspira temor, el guerrero se acuerda de que el otro tiene las mismas inseguridades que él, pasó por obstáculos pare...